lunes, 20 de agosto de 2012

¡Decidir y aprender!


  • El aprendizaje es un simple apéndice de nosotros mismos; dondequiera que estemos, está también nuestro aprendizaje. William Shakespeare (1564-1616) Escritor británico.

  • En cualquier momento de decisión lo mejor es hacer lo correcto, luego lo incorrecto, y lo peor es no hacer nada. Theodore Roosevelt (1858-1919) Político estadounidense.

  • Algunas veces hay que decidirse entre una cosa a la que se está acostumbrado y otra que nos gustaría conocer. Paulo Coelho (1947-?) Escritor brasileño.

  • Cuando tiene que decidir el corazón es mejor que decida la cabeza. Enrique Jardiel Poncela (1901-1952) Escritor español.

  • El hombre que pretende verlo todo con claridad antes de decidir nunca decide. Henry F. Amiel (1821-1881) Escritor suizo.

  • Sólo una cosa es más dolorosa que aprender de la experiencia, y es, no aprender de la experiencia. Laurence Johnston Peter (1919-1990) Profesor y escritor canadiense.   

  • Cada fracaso le enseña al hombre algo que necesitaba aprender. Charles Dickens (1812-1870) Escritor británico.

Continuamente me parece comentarles que la vida es un completo aprendizaje que nos da la oportunidad de crecer como seres humanos.  Hoy busqué frases célebres que hablan sobre “decidir y aprender”.

Así como cada día trae sus instantes mágicos, también es un cúmulo de decisiones y aprendizaje; si lo observan objetivamente tomamos muchas decisiones por simples que parezcan… Desde qué queremos desayunar hasta qué proveedor escoger, por poner ejemplos.  

Decidimos porque podemos, porque tenemos la potestad de asumir la actitud que queremos tener frente a la vida y a las circunstancias.  No se trata de mala suerte, de “no pedí vivir esto o no me lo merecía”, no es dependencia de otros, es una acción que elegimos con libre albedrío. Importante: no es lo que esa persona me hizo o lo que esa situación me dejó, es lo que yo permito y punto. Para ser más precisa, si alguien a quien quieres, te ofende (con o sin intención), tu decides la actitud que tomas frente a ello; puedes llorar y tomártelo a pecho, puedes explotar y devolverle con la misma moneda, puedes callar y considerar que lo que dijo es un reflejo de sus carencias, puedes reírte de su ridiculez, etc. Todo depende de la manera en que lo quieras ver porque al final, estamos llamados a ser felices. 

Suelo decir que “lo que es, está escrito” porque tengo convicción en ello.  Sin embargo, hace poco recibí un comentario discrepante que me da otra perspectiva muy real y práctica: yo soy artífice de mi libro, por ende, lo escribo, lo edito y lo reescribo… Tengo la facilidad de darle la vuelta a la historia según mis necesidades.

Obviamente hay decisiones más difíciles que otras: aceptar nuevos retos, casarme o divorciarme, renunciar o seguir, olvidar o recordar, vivir o morir, odiar o amar, aceptar o soltar.  Solo tú sabes la complejidad de tu propia vivencia. Pero ojo, que las peores se toman en los momentos de desesperación o enojo, hay que buscar el equilibrio (mente sobre cuerpo).

He aprendido (voy a usar mucho ambas palabras así que puede que suene redundante) a las malas, más veces de las que me gustaría admitir, que hay que tomar decisiones.  Prefiero arrepentirme por  lo que hice (porque siempre tendrá remedio, recuerden que yo escribo mi libro), a que la vida pase y mire hacia atrás preguntándome qué habría sido, si tal vez… Los “hubiese” no valen porque el tiempo corre y es implacable.  Hay decisiones que pesan, y curiosamente son las que nos dejan más enseñanza, nos hacen crecer y ver todos los matices de nuestra existencia.

El aprendizaje nos deja enseñanza.   Me tomo una frase que dice que “es como nadar contra la corriente, cuando dejas de hacerlo, retrocedes”.  Es un proceso constante con la que se cosechan experiencias.  Dice otro dicho que el problema no es tropezar, si no que te guste la piedra.

Al final de la jornada es bueno preguntarse, a pesar de la rutina, qué aprendí.  De una situación, de una persona.  Cuando se trata de lo último, es muy sano agradecer esa gotita de sabiduría.

Para finalizar, solo puedo ofrecer lo que soy capaz de hacer: “decidan hoy, den el paso y aprendan”.  Si nos equivocamos, es la gran oportunidad de replantear y ser creativos, poner a prueba nuestra voluntad y valor.  Hagan limonada, si del cielo llueven limones (es rica y alta en vitamina C). Amen y hagan lo que quieran.  El límite es el Universo que es infinito.

Después de este breve receso en el que no les había podido enviar nada, les mando desde el DF, México, muchas bendiciones y una excelente semana.

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