Hay dos reflexiones que quiero traer a colación hoy. Una que habla sobre “viajar” y otra que nos enseña sobre el “tiempo”. A veces me pregunto para qué suceden ciertas cosas y a medida que transcurre mi camino, observo con gratitud que todo tiene su momento, su por qué y por supuesto, su para qué. Este año he leído interesantes obras literarias y a pesar de que tengo varios meses de haber recibido como regalo “Aleph”, escrito por mi queridísimo Paulo Coelho, por una u otra razón siempre lo postergaba. No puedo evitar sonreír mientras escribo estas líneas porque las cosas que aquí leo, me tenían que ser reveladas justo ahora, ni un minuto antes, ni uno después.
Como siempre son líneas repletas de sabiduría, así que aunque aún no lo termino, me atrevo a recomendarlo. Los próximos días, las citas las sacaré de allí porque sería muy egoísta de mi parte guardar las observaciones solo para mí.
ü Viajar nunca es una cuestión de dinero, sino de coraje. Nuestra vida es un viaje constante, del nacimiento a la muerte.
ü Hay solo un momento presente, el AHORA. El tiempo no se mide como se calcula la distancia entre dos puntos. El “tiempo” no pasa. El ser humano tiene una gigantesca dificultad para concentrarse en el presente; siempre está pensando en lo que hizo, cómo podría haberlo hecho mejor, cuáles fueron las consecuencias de sus actos, por qué no actuó como debería haber actuado. O si no se preocupa por el futuro, por lo que va a hacer mañana, qué providencias debe tomar, cuál es el peligro que le espera a la vuelta de la esquina, cómo evitar lo que no desea y cómo conseguir lo que siempre soñó.
“No es lo que hiciste en tu vida pasada lo que afectará el presente. Es lo que haces en el presente lo que redimirá el pasado y, lógicamente, cambiará el futuro”.
Viaja – Aquello de viajar, me recuerda mi aventurita de hace pocos días al DF. Sin dinero y sin destino fijo… Con intenciones de muchas cosas que no se concretaron, pero todo eso por lo que el Universo conspiró para que tomara ese avión, a ese lugar, valió la pena. Yo no soy supersticiosa y los que me conocen, lo saben. Sin embargo, puedo decir con mucha propiedad que el llamado vino de algo o alguien superior a mí, y solo supe que estaba en el lugar adecuado cuando entré a la Basílica de la Virgen de Guadalupe. No fui por un milagro, aunque llevaba en mi memoria las peticiones de muchos… Llegué por una legítima convicción de que debía ir y cuando el Master Commander llama, siempre acudo, pase lo que pase. Las otras cosas, las otras intenciones, pasaron a segundo plano.
No hay mejor placer que el de viajar. Transporta el cuerpo, la mente, el alma, a lugares nuevos. Y como dice Coelho, es mucho más que una cuestión de recursos. Viajar alimenta el espíritu, nos regala vivencias y nos permite el encuentro con nuestro YO. Así que sea que viajes a Capira, a China, o tengas un largo viaje mientras duermes, disfruta, aprende y crece.
Concéntrate – Desde hace casi 4 años, vengo diciendo que vivo hoy y no es tarea fácil. Ayer ya pasó, no lo puedo alterar y mañana no tengo la garantía de estar viva. Hoy es el día, es la oportunidad para escribir lo que quiero. “Hoy” redime mi pasado porque de esas experiencias soy quien soy, cambia mi futuro porque me esmero en ser mejor ser humano. Hablo en primera persona porque lo hago desde mi propia vivencia, pero me pongo en tu situación porque para todos es casi igual, solo se ajustes los matices y los personajes. Desde los 35 años celebro cada día y por supuesto cada cumpleaños. No creo que el 15 años sea más especial que el 38 que voy a cumplir en noviembre, pues cada año concedido es una completa bendición y celebrar no se refiere siempre a una parranda, sino al simple hecho de sentirme feliz con la vida y compartir eso con quienes quiero.
Como mortales, estamos en una búsqueda incesante, pretendiendo respuestas, inventando preguntas, a veces sin tener el sentido preciso de lo que hacemos en este mundo… ¡ENFÓCATE, CONCENTRÁTE!
En el DF fuimos a ver una película, cuya trama ya se me parecía a tantas otras que he visto. Lo chistoso o diría yo que lo valioso de ese lapsus de esparcimiento fue un comentario que hice sobre el protagonista, quien tenía una escultural y bien definida figura, a lo que mi anfitriona también suspiró y su amado (al otro extremo) solo dijo: ajá, pero “esto (refiriéndose a él), es lo que hay”. Ambas sonreímos, aunque la descripción justa es que soltamos la carcajada. ¡Es verdad! Me gustaría uno con sixpack, pero mi hoy tiene muchos matices, no es eso lo que va llenar mi corazón, ni complementar mi existencia, es quizás una ilusión óptica de lo que todos queremos: un poquito de perfección y por aprendizaje lo asociamos con la belleza. Pregúntate tanto en el sentido literal como en el subjetivo, si tienes ese sixpack (abdominales bien definidos), lo que te ha costado y si no, por qué no… Es una analogía de nuestro caminar. Aceptar lo que hay y hacer maravillas con eso porque nunca será una limitante si nos llenamos de voluntad y coraje.
Por ende, dos sencillas conclusiones:
1. Si quieres viajar, hazlo. Así como me pasó a mí, el Universo siempre va conspirar cuando deseas algo. Si no lo has hecho, no sabes de lo que te pierdes. Son memorias que nadie te puede arrebatar, un jardín de instantes mágicos guardados en tu interior, llenos de sabiduría que nunca caduca.
2. Vive hoy. Escribe tú ahora, esa es la única diferencia que tienes para hacer que tu vida sea mejor. Lo bueno de los errores es que siempre los puedes corregir o emparapetar (al estilo panameño), puedes pedir perdón y seguir. No te afanes con el mañana. Deja de sobrevivir y VIVE.
Bendice y serás bendecido. La luz les ilumine y el brillo permanezca en ustedes.
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