domingo, 4 de noviembre de 2018

IRA


Hay emociones incómodas de las que pocas veces hablamos, quizás porque no está bien visto, no le damos mayor importancia, porque nos cueste reconocerlas o puede ser que simplemente nos limitamos a sentirlas y vivirlas.  Heme aquí hablando de uno de los famosos pecados capitales que me visitó por sorpresa, en mi paseo por el cuarto piso: “la ira”.

Hay muchísimas definiciones. Sentimiento de indignación que causa enojo. Furia, violencia… Y muchas connotaciones o reacciones en las que nos podemos reflejar.
  1. Corporal, porque sentimos que el ritmo cardíaco se dispara, los músculos se tensan. Como si algunas partes del cuerpo se calentaran. 
  2. Cognitiva, que es bastante visceral porque tiene todo que ver en cómo interpretamos las situaciones; esas ganas inexplicables de acabar con lo que haya a nuestro paso o de tener ciertos pensamientos inusuales e incluso diría que violentos - explosivos.
  3. De conducta, como mecanismo de defensa contra aquello que pretende hacernos daño, que no debería estar relacionada con la agresividad.

Hace dos años y once meses, ella y yo tuvimos un encuentro memorable. En primera instancia no la reconocí, la confundí con un enojo más.  Me había tocado manejar la rabia, el resentimiento, el enfado, pero hasta allí. No me permitía más que eso, so pretexto de no estropear mi energía con malas vibras; sin saber que estaba logrando justo el efecto contrario por reprimir lo que yo defino ahora como una “emoción”.

Escribir sobre ella en ese momento, a pesar de que me lo sugirieron, carecía de un sentido lógico porque necesitaba entender a qué me enfrentaba y cómo lidiar con este monstruo que obnubilaba mi razón y mis pensamientos. Pasé por las reacciones antes descritas y tuve fases con las que muchos podrían identificarse:
  • Indignación. Esto no me puede estar pasando. ¿Por qué y para qué estoy pasando por esto? Es injusto. Es inaceptable. No lo comprendo. Ser bueno, no paga.
  • Rabia 10°. A la décima potencia es llevar la rabia a otro nivel.  Uno en el que no razonas, no entiendes y lejos de victimizarte, vienen pensamientos malucos que si no son controlados, pueden incitar a la violencia, a tomar malas decisiones o que te desquites con los que no han tenido nada que ver.  De allí comprendí el por qué ocurren ciertas agresiones físicas y desenlaces fatales. Fue la peor parte y la que más duró. Desagradable hasta los huesos porque enferma en el sentido literal. En mi caso detonó una fibromialgia (no fue el origen, pero sí la gota que derramó la copa). Empaña nuestra energía y sencillamente no se puede disimular de ninguna forma. Uno deambula con una carga invisible que cada día se hace más pesada.
  • Cuestionamiento. ¿Hacia dónde voy? ¿Hasta cuándo pretendo estar así? ¿Qué sentido tiene todo esto? ¿Cómo lo freno? ¿Cuándo lo freno? ¿Tiene solución, cuál es? ¿Qué hacer?
  • Razonamiento. Hay situaciones que escapan de mi control. Nada es casual, todo es causal. Es mi decisión el cómo voy a actuar ante las circunstancias.
  • Aceptación. Cuando acepto, realmente estoy soltando, así que me libero.
  • Reacción. Esta fue la parte más aleccionadora porque la protagonista fue mi actitud. Dejé al universo actuar y reenfoqué mi atención en otras cosas: calidad de vida (física y emocional), un nuevo propósito y ser condescendiente conmigo.

La ira nos sumerge en un espacio de aislamiento emocional tóxico para el cuerpo y dañino para el alma. Sin embargo, bien manejada nos abre la puerta para resolver conflictos. Nos deja saber cuan vivos estamos y lo mortales que somos. Nos puede ayudar a subir nuestro nivel de energía porque a partir de las acciones que tomemos, tenemos la oportunidad de reinventarnos y ser mejores personas.

No es como el resfriado que se quita en un par de días. Requiere toda nuestra entereza para permitirle a la mente actuar y dependiendo del proceso personal de cada quien, hay alternativas para hacerle frente. En mi caso fue integral porque nuestro encuentro vino acompañado de otras variables algo más complejas, pero les comparto algunas cosas que me funcionaron:
  • Respiración. Aprender a respirar es un arte porque mejora la oxigenación de los pulmones,  el funcionamiento del sistema nervioso central y calma de forma inmediata, entre otros beneficios. Hay cursos buenos y prácticos.
  • Yoga. La mente educando y retando al cuerpo.
  • Correr.  Sobre todo distancias cortas, pero rápidas. Ejercicios en general, ayudan mucho.
  • El mar.  Por extraño que parezca, en mí tiene un efecto relajante el simple hecho de contemplar el mar y “respirar”. Es una especie de meditación que ayuda a bajar las revoluciones de la mente. No es necesario darse un chapuzón, ni hacer nada que involucre un esfuerzo físico.
  • Viajar. Si se hace solo, mejor (esto no le funciona a todo el mundo porque la mayoría prefiere hacerlo acompañado).

Cada quien es diferente y la forma como maneje la ira, también. A pesar de que escribir es un mecanismo que puede servir para drenar, no lo hice. Sé que hay otros caminos sencillos y convencionales que funcionan, como por ejemplo: gritar o la música en general. Bajo un ambiente controlado o más bien planeado, a algunos les funciona lanzar objetos sobre alguna superficie plana. Y, llorar también libera.

Con la realidad que vivimos, más acelerada, demandante, consumista y hasta cierto punto “egoísta”, desde los niños hasta los adultos estamos expuestos a lidiar con emociones que se pueden convertir en una ventaja o en un gran dolor de cabeza. Sin tener conocimiento sobre la psique, comprendo que la ira es una emoción o un estado emocional y no un rasgo de la personalidad, por ende se puede aprender a manejar. De lo contrario y si se convierten en una constante, lo mejor es buscar ayuda profesional.

Como seres humanos con defectos y virtudes, y fuera de lo que cada quien considera como propósito de vida, todos compartimos uno en común: “amar, perdonar, sanar” y yo añadiría que  aprender.

GG


lunes, 17 de abril de 2017

Colón de mis amores

Cómo me dueles, Colón… una frase similar leí hace semanas atrás y no deja de retumbar en mi mente. Es una tristeza insidiosa que por momentos me hace perder de vista el horizonte, amenaza mi fortaleza, lacera la esperanza.

La razón obnubila al corazón cuando pienso en esas cinco letras que entrañablemente amo con el alma porque representan mucho más que el lugar que me vio nacer. He querido ser su digna hija, ser ejemplo, trabajar ardua y honradamente desde donde esté, ser una buena ciudadana, convencida de que puedo romper los estigmas para convertir un “tenía que ser de Colón…”, en un ¡felicidades, eres una gran representante de Colón!

Contrario a lo que muchos piensan u opinan en Colón nacemos siendo almas felices a pesar de las vicisitudes. Eso no nos resta el ímpetu de prosperidad, es posible que nos tomemos nuestro tiempo, pero siempre ponemos el toque, “la actitud”, como solemos decir.  Hay tanto derroche de actitud que ahora estamos cosechando años de desdén. Miro con estupor la victimización con la que alimentamos nuestros miedos y justificamos incesantemente cada repetido error.

Por momentos y más allá del enojo, solo las lágrimas aplacan el sentimiento que abate mi consciencia porque mi silencio es tan cómplice como la ironía de quienes dicen amar, pero no hacen nada para demostrarlo.

Quisiera no hablar de hambre y de miseria interior, de revancha y bandas, de reconstrucción y destrucción, de tradición e incultura, pero no se puede evadir la realidad que nos atañe. No quiero ser parte del juega vivo, de la doble moral. No quiero ser de los que murmuran solapadamente, pero no permiten que otros lo hagan porque solo es privilegio de los C3 hacerlo.  Es posible que mis palabras no tengan el poder de cambiar muchas cosas, pero no me daré el lujo de callar, la indiferencia dejó de ser opción.

Las redes sociales me abruman y aunque las evite, no dejan de existir y de ser un mal necesario, después de todo, estamos en la era de la comunicación. Leo, escucho, observo, analizo. Los titulares raramente serán nuestros aliados. ¿Qué hacer? Demoré poco en responderme:

No calles, pero cuando levantes la voz hazlo con mesura porque de lo contrario, aunque tengas la razón, habrás perdido la batalla… y esta, tiene muchos frentes para ganar la guerra. Usa la razón.

No te victimices, porque la culpa no es del gobierno, de los extranjeros, del vecino, de los que te señalan o te menosprecian. La responsabilidad no es de los otros. Cada uno es escultor de su obra, protagonista de su historia. Propicia el respeto y la confianza porque son virtudes que se ganan. No importa cuántas veces te señalen, intenten marginarte, levanta la cara y demuestra con buena actitud el verdadero calibre del que estás hecho.

No imites, patrones de conducta con doble moral; el juega vivo cultural. Sé ejemplo, recuerda que todos te observan, y aunque no lo hagan, basta con que te observes tú.

Aprende, y no dejes de aprender. Sé competitivo, reta tu mente. En lo que decidas ser, sé el mejor. Que la honestidad y educación hablen por ti, y sean los principios que te destaquen. Aprende de los errores; reinvéntate una y otra vez. No temas en equivocarte porque hay una victoria en cada derrota y un gran aprendizaje en cada experiencia.

Actúa, porque suele ser fácil decir que hacer.  Esfuérzate, persevera. Colón no volverá  a ser la tacita de oro, merece ser más y eso no se construirá si no das pasos concretos. Objeta, apoya, denuncia, agradece, sé consecuente con quien te ayuda, reconoce tu imperfección y trabaja por tu perfección.

Sonríela paz empieza con una sonrisa y se sella con un abrazo. Recuerda que Colón lo llevas donde estés, y quién necesita a un animador de fiestas, si en la costa querida, “todos somos el alma de la fiesta”.

Sé ejemplo… porque debes devolverle la gloria a la costa más hermosa de este gran país. Porque si tiras basura en tu ciudad, en tus playas, no tendrás moral para pedirle al foráneo que no lo haga. Si no saludas, ni respondes a un saludo; si no eres cortes, si no cuidas cada rincón, la generación que viene no lo hará y tus huellas no representarán olvido, sino perjuicio y recelo.

Una minoría no define a un pueblo, pero ya no vale esconder los hechos, aplacar titulares negativos con cadenas cibernéticas; tenemos serios problemas que transcienden la efímera estética. Siento pesar de llegar a la ciudad y verla convertida en una zona de destrucción, no solo por sus calles arruinadas o por los escombros que simulan edificios, sino porque odio admitir que aquello es lo que más se asemeja al espíritu que llevamos a cuestas. No importa cuántos millones se inviertan en Colón, si no cambiamos nuestras aptitudes y actitudes estaremos sumergidos en un vasto mar de pobreza interior y mediocridad exterior.

La riqueza cultural más grande de Colón es y será siempre “su gente”, pero ya es hora de que los muchos y BUENOS unamos fuerzas y hagamos la diferencia. Pregúntate qué puedes hacer hoy por Colón porque nos necesita.


GG

viernes, 16 de septiembre de 2016

No renuncies...

A tus sueños, a ser una mejor versión de ti mismo, a escoger tus batallas y a tomar tus decisiones. No renuncies a la posibilidad de encontrar propósito en la vida…si ya lo hiciste, no desistas y si sencillamente no lo encuentras, quizás no lo necesites para ser.  No renuncies a la intimidad de tus noches, a la luz de tus días, a la palabra que dicta tu consciencia.

Respira… no renuncies a hacerlo. No desistas en ayudar, en perseverar, en sonreír, en abrazar.  No renuncies a caminar bajo la lluvia ni a nadar entre las olas; la belleza de la vida está en la simplicidad de las cosas. Camina, aunque sea entre piedras, sigue tu propio ritmo y cuando necesites detenerte para tomar impulso, hazlo, pero no renuncies a dar pasos. De tus palabras sé el dueño, responsabilízate por lo que dices y por lo que haces; a veces de sabios es callar. Comunicarse es un arte, domínalo y no renuncies a hablar.

Cree con convicción en la fuerza de tu espíritu, en la locura de alcanzar el cielo con la mano, en la nobleza de los niños, en la sabiduría de los ancianos, en la experiencia de tus padres, en la calidez de tu familia, en el cariño de tus amigos… Cree en la posibilidad de lo imposible y rompe las barreras del tiempo, de la distancia, del egoísmo, del ego, de la envidia porque el mundo necesita que generes cambios desde tu corazón.

Renunciar a ti es como morir. Ámate, porque solo en esa medida reflejarás y serás capaz de regalar amor. Cuídate integralmente: en mente, en cuerpo, en emoción, en espíritu. Mírate al espejo con atención cada día, en lo profundo de tus ojos están las respuestas que necesitas para ser lo que quieres.  Apasiónate por algo y en lo que sea que elijas, sé lo suficientemente bueno para llenar tus propias expectativas, y si no, sigue…

Disfruta del aprendizaje que traen los problemas, enfócate en los “para qué”, recuerda que no siempre necesitas respuestas, a veces las preguntas suelen ser más valiosas. No se puede renunciar a experimentar o a enseñar.


No tienes que vivir como si fuera el último día, pero procura “vivir”, un día a la vez. Canta, crea, corre, ríe mucho, ama aún más. Nuestro corto camino por la vida está lleno de innumerables instantes mágicos, descúbrelos o haz que ocurran, atesóralos. Cada cual es protagonista de su historia; escribe en tu libro pasajes memorables, apunta a cómo quieres ser recordado. Sé feliz, eso no depende de nadie más que de ti.

GG

jueves, 18 de agosto de 2016

Panamá de escalones y escaladores… de emprendimientos y emprendedores

La relativa relación entre escalar y emprender, me lleva analizar este fenómeno, tendencia, ADN, estilo y/ o decisión de vida, del que mucho se habla y que pareciera estar abocado en el lienzo libre del corazón de las nuevas generaciones, aunque conozco casos reales de magnates cuyo camino inició como un emprendimiento.

Emprender tiene cierta similitud para algo que aunque no hago con la frecuencia que me gustaría,  me genera pasión: escalar… Hay un reto de por medio, un deseo genuino de dar pasos que lleven al logro de este; requiere de coraje, perseverancia, planificación y tiene un margen de error que por momentos nos complica la ejecución, pero siempre hay forma de dar la vuelta e intentarlo otra vez, ya que para la satisfacción que produce ese éxito personal, no hay límite.

Pero, ¿qué es el emprendimiento? Según la Real Academia Española, el término no forma parte del vasto léxico, pero se trata del efecto de “emprender”, que significa tomar el camino con resolución de llegar a un punto. Sin embargo, tanto el vocablo como sus hazañas, tienen edad suficiente para saber que funciona. El término emprendedor1, del francés entrepreneur, es usado para referirse a un individuo que organiza y opera una o varias empresas, asumiendo cierto riesgo financiero en el emprendimiento. Hay otras interpretaciones de esta:

  • 1803: Jean-Baptiste Say: Un emprendedor es un agente económico que une todos los medios de producción, la tierra de uno, el trabajo de otro y el capital de un tercero y produce un producto. Mediante la venta de un producto en el mercado, paga la renta de la tierra, el salario de sus empleados, interés en el capital y su provecho es el remanente. Intercambia recursos económicos desde un área de baja productividad hacia un área de alta productividad y alto rendimiento.
  • 1934: Joseph Alois Schumpeter: Los emprendedores son innovadores que buscan destruir el statu-quo de los productos y servicios existentes para crear nuevos productos y servicios.
  • 1964: Peter Parker: Un emprendedor busca el cambio, responde a él y explota sus oportunidades. La innovación es una herramienta específica de un emprendedor, por ende el emprendedor efectivo convierte una fuente en un recurso.
  • 1975: Howard Stevenson: El emprendimiento es la búsqueda de oportunidades independientemente de los recursos controlados inicialmente.
En la realidad  del siglo XXI, me ha generado mucha curiosidad entender esta dinámica que pareciera nacer del alma de quienes decididamente actúan en pos de un sueño, aunque para ello deben insistir y persistir más de una vez. ¿Qué lo determina, cómo se comporta en Panamá, cuáles son los mayores obstáculos y falencias?

Punto uno: Un asunto cultural – plataforma para alcanzar o anular sueños
El análisis de este camino en Panamá me llevó a descubrir algunas consideraciones interesantes. Según el estudio de Findex 2015 (¿Por qué fracasan los emprendimientos?), hay datos relevantes sobre el comportamiento de este segmento en particular, que explican que este es uno de los países con menos inclusión financiera en Latinoamérica (promedio región 51%).  De allí que la inclusión financiera en el segmento que solo tiene educación primaria o inferior, apenas alcanza el 23%. La propensión de los panameños a tomar un crédito está por encima del promedio de la región (48% vs. 33%), pero solo el 12% de ese 48% tomaría un financiamiento en un banco. Las principales fuentes de crédito en Panamá son: amigos y familiares, seguido por prestamistas informales, que cobran intereses desproporcionados. Y, solo el 43% de la población mayor a 15 años tiene una cuenta bancaria.

Dacil Acevedo, consultora senior en sostenibilidad y responsabilidad social, ratifica que los estudios de UNCTAD (Naciones Unidas) y EMPRETEC muestran a Panamá y a Uruguay como de los países de la región de América Latina con menos emprendedores.​ En el sistema educativo panameño se forma para ser empleados, no emprendedores. En el top of mind cultural de la población en general se aspira a ser empleado, no emprendedor. Hay muchos puestos de trabajo que se han perdido en el sector formal, y que pasan al sector informal bajo la figura de "emprendedores" cuando en realidad es trabajo informal y precario, acotó.

Punto dos: Las condiciones del mercado y las oportunidades
Acevedo destaca en sus comentarios la labor que ha realizado el Centro de Innovación de la Ciudad del Saber, EMPRETEC, Cable Onda (con su semana MiPYME que fortalece capacidades de empresarios y emprendedores),  y más recientemente AMPYME en la promoción del espíritu emprendedor. De acuerdo a los estudios del GEM (Global Enterpreneurship Monitor) la tasa de sobrevivencia de los emprendimientos es aún baja en Panamá. Sin embargo, percibe una oportunidad con los "milennials" como una nueva generación más emprendedora e innovadora que ya no se adapta a las empresas tradicionales y donde el emprendimiento puede ser una opción.

En la práctica, asegura que hacen faltan dos cosas muy válidas a ponderar. Primero, un ecosistema emprendedor público-privado como lo tiene Sillicon Valley en Estados Unidos, que premia la innovación, el ensayo y el error; y, segundo, acceso a capital para las diferentes fases del emprendimiento: capital semilla, préstamos blandos y capital de riesgo para escalamiento.

Actualmente, las empresas que se han metido en microfinanzas en Panamá, no les ha sido fácil porque la escala del país no da para que sea rentable. Las que han sobrevivido están altamente subsidiadas y por ende no son auto sostenibles. En ese sentido, reconoce la labor que hecho Banesco Panamá al enfocarse en el emprendimiento. “No es fácil porque se han enfocado en la base de la pirámide donde hay temas más de fondo como actitud, expectativas y otros temas. Si lo enfocan en la promoción del espíritu emprendedor y pueden dar seguimiento a un par de casos (que no se quede solo en las capacitaciones), pueden dar un par de testimonios del antes y el después sería muy poderoso comunicacionalmente, le daría mucha credibilidad al programa e inspiraría a que más gente se sume”, concluyó. 

Emprendedores Banesco3 es un programa gratuito de formación que brinda herramientas administrativas, gerenciales, personales y técnicas, para mejorar la producción del negocio y hacer más competitivo a los emprendedores mayores de 18 años, cuyo único requisito es saber leer y escribir. Consiste en un curso de 40 horas de duración, dividido en nueve módulos y se extiende en todo el territorio nacional.

Punto tres: Actitud, coraje y perseverancia… el rostro de emprender
En busca de la otra perspectiva, converso con Moraima Sangronis, una docente jubilada y emprendedora innata. “Emprender requiere sagacidad, perseverancia y pasión”, su mirada brillante y su sonrisa cálida, así lo dejan ver. “Yo garantizo la calidad de mis productos; para mis clientes lo mejor”… Y esta escaladora de sueños escritos, puede dar fe de ello porque me he convertido en una adicta a las empanadas, tequeños y cepillados (mejor conocidos en Panamá como “duros”), de la mano experta de Moraima. Su determinación habla mucho de la pericia con la que fija y alcanza cada reto, pero sobre todo con el amor que le pone. Ella es apenas una de las muchas personas que me rodean y que decididamente han optado por esta ruta del “yo puedo, yo quiero”, algunos a medio tiempo o que lo arrancaron como pasatiempo, otros tantos que dejaron sus días de proletariado atrás para sumergirse en esta aventura inundada de aprendizaje. 

Dice sabiamente un emprendedor a quien admiro mucho: “Entendí que para ser un empresario de este siglo, hay que apalancarse en la tecnología, la innovación, la globalización y el conocimiento. No tengo planilla, ni bodegas, mi inversión es mínima, pero lo que más disfruto es ver a las personas desarrollar sus habilidades y aumentar su confianza. Cada día que pasa es un día menos de vida que nos queda. Hay que vivir con pasión”.

En resumen…
Todo emprendimiento3 nace de una idea que, por diversas razones, despierta en una o más personas el interés suficiente como para embarcarse en un arduo e incierto viaje que tiene como objetivo hacerla realidad. Hoy por hoy, gracias a las posibilidades que brinda la tecnología, no siempre es necesario contar con dinero para emprender un negocio; pero ciertos elementos, tales como la voluntad, la perseverancia y la determinación, siguen siendo indispensables.

Dice una frase inédita que “el conformismo es el carcelero de la libertad y el enemigo del crecimiento”. Emprender, sin duda, se trata de una suma de actitud, talento, idea, oportunidad y recursos. Desarrollar la madera para la que estamos hechos.




GG
www.gina-atzel.blogspot.com        
                                                                                                                                

Panamá de escalones y escaladores… de emprendimientos y emprendedores

La relativa relación entre escalar y emprender, me lleva analizar este fenómeno, tendencia, ADN, estilo y/ o decisión de vida, del que mucho se habla y que pareciera estar abocado en el lienzo libre del corazón de las nuevas generaciones, aunque conozco casos reales de magnates cuyo camino inició como un emprendimiento.

Emprender tiene cierta similitud para algo que aunque no hago con la frecuencia que me gustaría,  me genera pasión: escalar… Hay un reto de por medio, un deseo genuino de dar pasos que lleven al logro de este; requiere de coraje, perseverancia, planificación y tiene un margen de error que por momentos nos complica la ejecución, pero siempre hay forma de dar la vuelta e intentarlo otra vez, ya que para la satisfacción que produce ese éxito personal, no hay límite.

Pero, ¿qué es el emprendimiento? Según la Real Academia Española, el término no forma parte del vasto léxico, pero se trata del efecto de “emprender”, que significa tomar el camino con resolución de llegar a un punto. Sin embargo, tanto el vocablo como sus hazañas, tienen edad suficiente para saber que funciona. El término emprendedor1, del francés entrepreneur, es usado para referirse a un individuo que organiza y opera una o varias empresas, asumiendo cierto riesgo financiero en el emprendimiento. Hay otras interpretaciones de esta:

  • 1803: Jean-Baptiste Say: Un emprendedor es un agente económico que une todos los medios de producción, la tierra de uno, el trabajo de otro y el capital de un tercero y produce un producto. Mediante la venta de un producto en el mercado, paga la renta de la tierra, el salario de sus empleados, interés en el capital y su provecho es el remanente. Intercambia recursos económicos desde un área de baja productividad hacia un área de alta productividad y alto rendimiento.
  • 1934: Joseph Alois Schumpeter: Los emprendedores son innovadores que buscan destruir el statu-quo de los productos y servicios existentes para crear nuevos productos y servicios.
  • 1964: Peter Parker: Un emprendedor busca el cambio, responde a él y explota sus oportunidades. La innovación es una herramienta específica de un emprendedor, por ende el emprendedor efectivo convierte una fuente en un recurso.
  • 1975: Howard Stevenson: El emprendimiento es la búsqueda de oportunidades independientemente de los recursos controlados inicialmente.
En la realidad  del siglo XXI, me ha generado mucha curiosidad entender esta dinámica que pareciera nacer del alma de quienes decididamente actúan en pos de un sueño, aunque para ello deben insistir y persistir más de una vez. ¿Qué lo determina, cómo se comporta en Panamá, cuáles son los mayores obstáculos y falencias?

Punto uno: Un asunto cultural – plataforma para alcanzar o anular sueños
El análisis de este camino en Panamá me llevó a descubrir algunas consideraciones interesantes. Según el estudio de Findex 2015 (¿Por qué fracasan los emprendimientos?), hay datos relevantes sobre el comportamiento de este segmento en particular, que explican que este es uno de los países con menos inclusión financiera en Latinoamérica (promedio región 51%).  De allí que la inclusión financiera en el segmento que solo tiene educación primaria o inferior, apenas alcanza el 23%. La propensión de los panameños a tomar un crédito está por encima del promedio de la región (48% vs. 33%), pero solo el 12% de ese 48% tomaría un financiamiento en un banco. Las principales fuentes de crédito en Panamá son: amigos y familiares, seguido por prestamistas informales, que cobran intereses desproporcionados. Y, solo el 43% de la población mayor a 15 años tiene una cuenta bancaria.

Dacil Acevedo, consultora senior en sostenibilidad y responsabilidad social, ratifica que los estudios de UNCTAD (Naciones Unidas) y EMPRETEC muestran a Panamá y a Uruguay como de los países de la región de América Latina con menos emprendedores.​ En el sistema educativo panameño se forma para ser empleados, no emprendedores. En el top of mind cultural de la población en general se aspira a ser empleado, no emprendedor. Hay muchos puestos de trabajo que se han perdido en el sector formal, y que pasan al sector informal bajo la figura de "emprendedores" cuando en realidad es trabajo informal y precario, acotó.

Punto dos: Las condiciones del mercado y las oportunidades
Acevedo destaca en sus comentarios la labor que ha realizado el Centro de Innovación de la Ciudad del Saber, EMPRETEC, Cable Onda (con su semana MiPYME que fortalece capacidades de empresarios y emprendedores),  y más recientemente AMPYME en la promoción del espíritu emprendedor. De acuerdo a los estudios del GEM (Global Enterpreneurship Monitor) la tasa de sobrevivencia de los emprendimientos es aún baja en Panamá. Sin embargo, percibe una oportunidad con los "milennials" como una nueva generación más emprendedora e innovadora que ya no se adapta a las empresas tradicionales y donde el emprendimiento puede ser una opción.

En la práctica, asegura que hacen faltan dos cosas muy válidas a ponderar. Primero, un ecosistema emprendedor público-privado como lo tiene Sillicon Valley en Estados Unidos, que premia la innovación, el ensayo y el error; y, segundo, acceso a capital para las diferentes fases del emprendimiento: capital semilla, préstamos blandos y capital de riesgo para escalamiento.

Actualmente, las empresas que se han metido en microfinanzas en Panamá, no les ha sido fácil porque la escala del país no da para que sea rentable. Las que han sobrevivido están altamente subsidiadas y por ende no son auto sostenibles. En ese sentido, reconoce la labor que hecho Banesco Panamá al enfocarse en el emprendimiento. “No es fácil porque se han enfocado en la base de la pirámide donde hay temas más de fondo como actitud, expectativas y otros temas. Si lo enfocan en la promoción del espíritu emprendedor y pueden dar seguimiento a un par de casos (que no se quede solo en las capacitaciones), pueden dar un par de testimonios del antes y el después sería muy poderoso comunicacionalmente, le daría mucha credibilidad al programa e inspiraría a que más gente se sume”, concluyó. 

Emprendedores Banesco3 es un programa gratuito de formación que brinda herramientas administrativas, gerenciales, personales y técnicas, para mejorar la producción del negocio y hacer más competitivo a los emprendedores mayores de 18 años, cuyo único requisito es saber leer y escribir. Consiste en un curso de 40 horas de duración, dividido en nueve módulos y se extiende en todo el territorio nacional.

Punto tres: Actitud, coraje y perseverancia… el rostro de emprender
En busca de la otra perspectiva, converso con Moraima Sangronis, una docente jubilada y emprendedora innata. “Emprender requiere sagacidad, perseverancia y pasión”, su mirada brillante y su sonrisa cálida, así lo dejan ver. “Yo garantizo la calidad de mis productos; para mis clientes lo mejor”… Y esta escaladora de sueños escritos, puede dar fe de ello porque me he convertido en una adicta a las empanadas, tequeños y cepillados (mejor conocidos en Panamá como “duros”), de la mano experta de Moraima. Su determinación habla mucho de la pericia con la que fija y alcanza cada reto, pero sobre todo con el amor que le pone. Ella es apenas una de las muchas personas que me rodean y que decididamente han optado por esta ruta del “yo puedo, yo quiero”, algunos a medio tiempo o que lo arrancaron como pasatiempo, otros tantos que dejaron sus días de proletariado atrás para sumergirse en esta aventura inundada de aprendizaje. 

Dice sabiamente un emprendedor a quien admiro mucho: “Entendí que para ser un empresario de este siglo, hay que apalancarse en la tecnología, la innovación, la globalización y el conocimiento. No tengo planilla, ni bodegas, mi inversión es mínima, pero lo que más disfruto es ver a las personas desarrollar sus habilidades y aumentar su confianza. Cada día que pasa es un día menos de vida que nos queda. Hay que vivir con pasión”.

En resumen…
Todo emprendimiento3 nace de una idea que, por diversas razones, despierta en una o más personas el interés suficiente como para embarcarse en un arduo e incierto viaje que tiene como objetivo hacerla realidad. Hoy por hoy, gracias a las posibilidades que brinda la tecnología, no siempre es necesario contar con dinero para emprender un negocio; pero ciertos elementos, tales como la voluntad, la perseverancia y la determinación, siguen siendo indispensables.

Dice una frase inédita que “el conformismo es el carcelero de la libertad y el enemigo del crecimiento”. Emprender, sin duda, se trata de una suma de actitud, talento, idea, oportunidad y recursos. Desarrollar la madera para la que estamos hechos.




GG
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sábado, 28 de mayo de 2016

Un propósito

¿Qué arista darle a una asignación profesional y educativa cuando se es neófito en el tema?  Me temo que me voy a divertir tremendamente en este nuevo pinito intelectual y de paso aprenderemos mucho en el camino.  Si bien he iniciado un diplomado dirigido a periodistas con énfasis en responsabilidad social, al considerarme una comunicadora innata, pero sobre todo una ciudadana consciente de unos cuantos males que nos aquejan como sociedad, esto me obliga a compartir cada experiencia y si con eso se logra que al menos uno más se alinee, seremos múltiples gotas de agua que suman a la inmensidad del mar.

Hace unos meses quedó grabada en mi memoria la frase “dichoso aquel que encuentra propósito en lo que hace”. Heme aquí, trepada en el cuarto piso, reinventándome, redescubriéndome de muchas maneras, convencida, hoy más que nunca, de lo mucho que disfruto escribir y la inmensa pasión que siento al involucrarme activamente en los asuntos de comunicación y responsabilidad social, partiendo desde el hecho de que esto empieza por mí, de las acciones que hago para no destruir, los esfuerzos que hago para infundir y asegurar un mejor ambiente para quienes me rodean.

Mucho se habla de la RSE (Responsabilidad Social Empresarial), como si fuese una moda, una forma de marketing, algún tipo de mecanismo filantrópico o de caridad que asegura la buena imagen. Otros estudios y la práctica misma indican que la cruda realidad es que la RS (Responsabilidad Social) es un tema de todos, no solo de organismos internacionales, multinacionales o grandes corporaciones. Es un proceso de mejora continua y voluntaria que permite ser coherentes, tomar decisiones, dar más allá de lo que la ley exige y que sin duda es cada vez menos opcional.

La RS habla de sostenibilidad en los planos económico, social y ambiental, de allí que su fin sea precisamente eso, “el desarrollo sostenible”. A nivel empresarial contribuye con los objetivos estratégicos, determina una clara diferenciación y una ventaja competitiva, por lo que se convierte en una expresión de hacer negocios de manera responsable, que toma en cuenta el impacto circundante tanto interno como externo y de sus grupos de interés. A nivel personal, nos exige como seres humanos, ser cónsonos con nuestro entorno sin creer que los padecimientos de nuestra sociedad y de nuestro medio ambiente son responsabilidad de otros.  En ambos casos, al hacer las cosas bien, nos blinda, nos convierte en constructores eficientes con propósito de un mundo mejor, no derivado de una simple falacia o de un sueño superfluo.

Hay otro punto que llama poderosamente mi atención y es lo relacionado a la reputación. Según la Real Academia Española, se refiere a “la opinión o consideración en que se tiene a alguien o algo. Es el prestigio o la estima en que son tenidos alguien o algo”.  Desde un ángulo más simple, la reputación dice mucho del buen nombre y honor. Es como la confianza, cuesta mucho edificarla y muy poco para ponerla en entredicho o destruirla.  La RS juega un papel preponderante en el cómo nos ven y tiene un fin con propósito legítimo positivo. Sin ahondar en muchas estadísticas, hoy se sabe que los estados financieros representan un modesto porcentaje sobre el valor real de las empresas, porque son los intangibles (imagen, percepción y/ o reputación, RS), los que determinan esto.

En el presente, nos vemos impactados por el riesgo de reputación marca – país y nos enfrentamos a una crisis que vemos con absorto desconcierto y para el que tendremos que tomar acciones contundentes, a fin de rescatar el buen nombre de Panamá y de todos los que habitamos en este pequeño terruño. Esto es un claro reflejo de que no estamos  exentos de cometer errores y definitivamente es una oportunidad para corregir el rumbo, mejorar de forma integral y adaptarnos a las exigencias y necesidades del entorno.

En otro contexto, me satisface saber que hay organizaciones comprometidas con generar valor, empresas con visión y ciudadanos conscientes.  Como parte de este proyecto, fue grata la visita a la torre MMG, hogar de Morgan & Morgan. Esta edificación cuenta con certificación LEED Gold (LEED - acrónimo de Leadership in Energy & Environmental Design. Es un sistema de certificación de edificios sostenibles, desarrollado por el Consejo de la Construcción Verde de Estados Unidos -US Green Building Council). La aventura de iniciarse por el sendero de la RS, se convirtió en un caso de éxito sobre las buenas prácticas que le ha devenido en importantes reconocimientos y credenciales. Puntos clave para ello han sido la planificación estratégica, la determinación y la comprensión desde la cúspide directiva del rol que cada uno juega y el valor que genera a través de las decisiones. Ser ejemplo desde adentro es fundamental, como lo debe ser para cualquiera que predique.

Mencioné la palabra hogar porque fuera de la apariencia impecable, se deja ver el esmero que se le puso a cada detalle de la infraestructura; se respira calidez y es tangible la buena energía del lugar. La gentileza y sencillez de quienes nos recibieron hablaron más que mil palabras porque es obvio el orgullo que les representa ser parte de esa familia. La gobernanza como factor importante para que la organización se responsabilice del impacto de sus decisiones, está cimentada sobre indicadores relevantes como lo son: derechos humanos (crearon una política de derechos humanos y cuentan con el programa Pro Bono*); colaboradores (bienestar,  capacitación, desarrollo profesional, voluntariado corporativo); medio ambiente (reciclaje, ahorro energético, GEM – Grupo Ecológico Morgan & Morgan); comunidad (Fundalcom – Fundación de Asistencia Legal Comunitaria), clientes (canales de comunicación de la gestión de RSE); y, proveedores (capacitación y guía de compromiso ético). Y un común denominador que fortalece cualquier estructura de RS: las alianzas. En el caso de Morgan & Morgan, aunado al compromiso de todos sus integrantes, marca una ventaja competitiva interesante y con gran alcance.

Hasta ahora mi rol ha estado parcializado hacia una vertiente de pasión como voluntaria en diferentes equipos en los que he trabajado tanto a nivel profesional como personal. Reitero la convicción de que tengo mucho que aportar y en este andar lleno de aprendizaje he encontrado un firme propósito de lucha y servicio incansable, en el que deseo muchos se sumen para marcar la diferencia.

Puede que mi voz suene lejos, porque una golondrina no hace verano, pero mis palabras se leerán de cerca y quedarán como huellas indelebles de lo que está por comenzar.

GG


*Esta expresión latina significa “para el bien público” y hace referencia a los servicios gratuitos que profesionales de distintos campos prestan a la comunidad. Se usa para designar al trabajo voluntario y si bien generalmente se relaciona con el servicio que abogados prestan  de forma gratuita, respetando ciertos estándares de calidad, la diferencia del trabajo pro bono con otras formas de voluntariado, es que esta práctica busca que los profesionales se comprometan con los conocimientos que ya poseen. 

jueves, 31 de diciembre de 2015

¡No más lucha!

Hay costumbres y “hay costumbresss”. Los que me conocen, saben que como IVR en automático respondo “en la lucha, que es mucha, pero que…”, cuando me preguntan cómo estoy.  Y también saben que no suelo regalar los frecuentes deseos que se ofrecen para estas fechas. 

Con detenimiento he analizado esa frase y decidí “NO más luchas en mi vida”.  Seré y les desearé que sean como el agua, que fluye o se amolda, limpia, serena, hidrata y se convierte en un elemento natural indispensable para vivir. Por ahí dicen que después de hacer lo mismo por 21 días consecutivos adquirimos hábitos. Haré eso de “poner el práctica lo que predico”, y así el día “interior” no sea precisamente un arco iris, responderé al obligado saludo con un ¡excelente! Y si me agarran con el colorido en pleno, entonces añadiré un ¡mejor se daña!   Esto es en definitiva “actitud”, la misma que les deseo para ver y disfrutar de la amplia paleta de colores que nos regala la vida. 

En este punto y a pocas horas de que el calendario cambie en sus últimos dos dígitos, reitero que las transformaciones personales son positivas siempre que el que las vive decida que ese ajuste es justo y necesario para ser mejor persona y no por presión o factores ajenos a su voluntad.  No es que este año aprendí más que en los anteriores, no es si fue peor o mejor, sencillamente, cada día, independientemente del año, es una oportunidad para crecer y aprender.  No se vive como si fuera el último, afirmo que eso es una falacia, pero se debe vivir bien.  Hay una gran diferencia entre vivir y sobrevivir… conozco las dos muy de cerca.

Con mis aventuras del cuarto piso, estoy descubriendo cosas en mí, algunas de risa completa y otras de susto terrorífico; lo degusto como manjar en helado, o mejor aún como el mismo aire que respiro. El tiempo con sabiduría me enseña sí o sí a ser flexible, adaptable, paciente, empática, consciente, observadora, leal (a Dios, a los que quiero, al prójimo, a las cosas en las que creo, pero sobre todo a mí); me ha curado de ciertos espantos, pero sin perder la oportunidad de sorprenderme. A decir SÍ con convicción y NO sin remordimiento.  Me ha metido en una espiral de perspectivas, a cuestionarme y cuestionar, a “hablar” sin reprimir emociones, a negociar, a aceptar mejor y no idealizar tanto, pero sobre todo a “agradecer”… Y tremenda mi fortuna, porque cuando se aprende bien esa lección, el universo te da el chance de retribuir con creces las muchas bendiciones que el Supremo, como cada quien lo concibe, nos regala.

Entonces, en el próximo “corto plazo” que nos acontece les deseo:
  • Mejor actitud y cero luchas sin sentido – escojan sus batallas, pero no claudiquen ante la guerra.
  • Más acción y menos quejadera – los sueños no se materializan sin perseverancia y pasos concretos.
  • Más besos, abrazos y expresiones de cariño presenciales y menos saludos cibernéticos.
  • Objetividad y pasión – según necesiten, sin que una obnubile a la otra.
  • Infinitamente la virtud de “agradecer” – sin comparaciones tétricas relacionadas con lo mucho o poco que tienen los demás. Agradezcan con más que palabras, den eso que les gustaría recibir, compartan, ayuden de corazón.
  • Momentos gloriosos, instantes mágicos – que sepan ver y apreciar. Ver un amanecer siempre vale la pena e incluso la lluvia tiene su encanto.
  • Momentos de reflexión, decisión y determinación – es cuando más aprendemos a responsabilizarnos por nuestras acciones, a medir consecuencias y sobre nuestros límites… especialmente los de la mente, y a madurar.
  • Cultivar el amor propio – básico para tener relaciones sanas (de cualquier naturaleza), para conocerse y valorarse, ya que eso no lo puede hacer nadie por nosotros.
  • A valorar lo que tienen – perdemos demasiado ocupándonos en pensar/ ver lo que no se posee o peor, en envidiar lo que tienen otros. ¡Vivan!
  • Bendiciones multiplicadas, sobre todo en lo que dan, pero “ojo”, que aquello que dan para bien o para mal, siempre sobreviene.
  • Y… al igual que este año, que no les falte en justa medida una dosis de VV (me vale… para no ser soez). Nunca está de más cuando se precisa no tomarse las cosas a pecho.

Si tienen la oportunidad de reinventarse, háganlo. Eso de los cambios estéticos viene bien, estimulan la autoestima, pero, si son interiores, el esfuerzo se verá compensando con éxito (si se hace para ser mejores), ya que no necesitan explicación porque son tan obvios que terminan por contagiar a quienes nos rodean.  Rompan el esquema, los paradigmas. Si los demás no cambian, cambiemos nosotros y disfrutemos de la gran diferencia. Que nada, ni nadie nos robe la armonía interior.


El elevador en este piso tiene sus exigencias, les hablaré sobre ello con más frecuencia y en diferente tono; será mi forma de agradecer, de agradecerles. Que el 2016 sea todo un alboroto de experiencias, aprendizaje y valor… cada quien es el protagonista de su historia; marquen rating.

GG