miércoles, 31 de diciembre de 2014

En el 2015: tú.

Quiero cerrar este año un poco diferente a lo usual.  Quienes me conocen, saben cómo tomar mis palabras. El resto pensará que soy un poco soez para escribir, pero no importa, si con estas palabras logro calar en sus sentidos (incluyo el sexto).

Hoy, mañana y los próximos días van a recibir muchos buenos deseos: salud, amor, prosperidad, paz, armonía, trabajo/ dinero, sexo, pareja, dicha y todas esas cosas que son buenas y que mal que bien, necesitamos.

El año pasado decreté el 2014 como un año para reír… y vaya que lo hice, pero no como debí. De hecho, creo que las risas fueron muy pocas.  Partiendo de la realidad, entonces haré algo más simple.

ACTITUD. En el 2015, les voy a desear ACTITUD…. Que ha sido un poco subestimada y desestimada, pero que define cómo vemos y manejamos la vida.  Cada quien decide en base a sus propias experiencias cómo las quiere asumir.  Si perdí el trabajo, el marido/mujer/pareja, la salud o cualquier cosa, yo decido si lo quiero ver como un reto, una oportunidad o darle todo el enfoque dramático y convertirlo en una tragedia.  Y nadie me puede decir que estoy hablando paja porque es más fácil decir que hacer. Yo lo he vivido y sé cómo es (aunque no lo practique como debería).

VALE VERGUINTON. Menos quejas y más acción.  Conozco un personaje que decía (o dice), que para sobrellevar el día a día, todas las mañanas se toma una doble dosis de “vale verguinton”, y conste que esta medicación no la encontrarán en ningún catálogo farmacéutico y dudo que en la Real Academia de la Lengua Española tengan conocimiento sobre esto, tampoco intenten traducirlo al inglés porque es una frase muy latina (vale= valor, verguinton= verga, es decir, me resbalan las cosas, los problemas y no me interesa un carajo lo que me pueda estresar). 

No pretendo incitar a nadie a la irresponsabilidad o al egoísmo, lo cierto es que si hay algo que debemos aprender es a pensar primero en nosotros.  Tú, eres el protagonista de tu historia, nadie la puede escribir por ti y solo tú, le puedes dar la vuelta cuando así lo decidas. 

TÚ, PARA LUEGO SER NOSOTROS. Nada da, quien nada tiene. No das dinero o comida que no hay en tu bolsillo o en tu despensa; tampoco podrás dar o encontrar amor si no experimentas el amor por ti y te das el lugar que mereces.  En el 2015, no acepten migajas y no es cierto que “peor es nada”. Tomen su atinada dosis del remedio que les he compartido y hagan lo que les gusta.  Así como nos obligamos a hacer cosas por otros, debemos comprometernos a hacerlo por nosotros mismos. Llévense a al cine, a la playa, a una caminata romántica consigo mismo. Disfruten un date (cita), con la persona más importante para ustedes: tú mismo. Viajen, creen memorias gratas en su libro de la vida.

NO SE DESGASTEN.  Hay que saber escoger las luchas en el campo de batalla; ser estrategas. Entiendan – hay causas perdidas y es una habilidad aprender a reconocerlo.  Si no sirve, se bota; si no da bolas, se bota. Si te saca callos; se bota (no porque parece fino, es bueno). Si no cumple su rol, busca otra opción. No se detengan a resolver cosas sin pies, ni cabeza. El tiempo no está para inventar la rueda. 0 ESTRÉS. Las causas de estrés, hay que eliminarlas como hacemos con las cucarachas.  Lo dice una experta en auto flagelación y exceso de estreses (reales, ficticios y exagerados). Lo que no pudiste hacer hoy, pues ni modo.  Si algo o alguien te roban la calma… Sal a correr (como si te correteara la policía o la muerte), tómate un shot de tequila (u otra opción bien fuerte para que estampe una risa en tu cara), o una Tafil (y duérmete), punto.  Remedio infalible (para mí): pídele serenidad a Dios y encomienda ciertos deberes a tu ángel de la guarda que para eso está y no lo aprovechas. Además, mi mamá por deporte siempre me dice que Dios proveerá.  Si llorar no lo resuelve, igual LLORA y saca esa vaina de adentro para que no se convierta en úlcera.

A veces veo que hay gente muy despreocupada. Esos que decimos “frescos” o que “andan en Bosnia”. Ellos son felices a su manera porque no se toman las cosas a pecho.  No es una cuestión de convertirnos en personas irreverentes, es un simple sentido de supervivencia.  Nos estamos muriendo en vida, algunos pasan a mejor vida, otros sencillamente deambulamos metidos en la rutina mortal y la vida se nos pasa en un pestañear.

CONTACTO.  Y finalmente, en el 2015, entremos en contacto.  Le tecnología es buena, pero no puede ser tan buena, cuando nos hace perder la noción del contacto y nos convierte en una rara especie de idiotas.  Cada vez hay menos abrazos, besos y contacto físico porque todo lo queremos resolver con tecnología.  Ya nadie llama o llega a tu casa para felicitarte por cumpleaños, graduación, compromiso, porque es más fácil mandar el saludo por whatsapp o por las redes sociales. NO, NIÉGUENSE A ESO.  Volvamos a lo básico, lo simple, lo bonito, lo natural.  Es el colmo que uno tenga que ver a las personas dando pésame por Facebook, es PATÉTICO y habla muy mal de nosotros como humanidad. Es absurdo, HOMBRES (esta piedra va para ustedes), que quieran levantarnos digitalmente y pasar del mundo virtual al sexo porque se hablaron tanto por internet que ya hay derechos implícitos en ello. No seamos ridículos y hablo a las parejas y a los solteros. Ya no abren las puertas, no envían flores (solo las de whatsapp). No montan caballería porque la caballería se convirtió en una especie de unicornio (todos piensan que existe, pero nadie lo ha visto… pura fantasía). Y mujeres, den lo que quieren recibir.  No se pongan muy exquisitas, pero tampoco tan ofrecidas que da pena ajena. Para que haya caballeros, debemos existir las damas.

Hay tiempo para comer, para dormir, para divertirnos, para llorar, para reír, incluso para morir. Es complicado eso de vivir cada día como si fuera el último. En su lugar, VIVAN.  Que se comprenda lo que digo, no sobrevivir, sino vivir. Seamos conscientes de nuestra respiración, de nuestros sentidos. Cada noche, tómense 2 minutos para atinar con el instante mágico que tuvo su jornada, que por más maluca que la hayan considerado, algún aprendizaje debió dejar. Recuerden: no todo lo que queremos es lo que necesitamos.

Elevo una oración para aquellos que ya no nos acompañan físicamente para recibir el 2015, por las personas que entraron en nuestras vidas durante este año, aquellas que salieron y por todas las que seguramente entraran.  Les regalo una sonrisa virtual, que ojala esté dibujada en su cara al momento de que lean este mensaje. Bendiciones.


GG

viernes, 12 de diciembre de 2014

Si me escuchas: "no me rindo".

¿Dónde está al amor?  No es la pregunta de un alma enfadada o de un corazón triste y perdido; es lo que se cuestionan muchos entre pensamientos abrumados, pocos lo dicen, casi todos lo piensan. 

Las letras me han abandonado a pesar de la insistencia de muchos, porque la inspiración no se puede forzar, toma sus recesos o se educa con el tiempo. La mía parece viento rebelde que va y viene a su conveniencia o a su antojo…

En estos días de regocijo retomo cierta frase que dice: Navidad es el amor en acción. Cada vez que damos amor, cada vez que nos aman, es Navidad… Porque amó Dios tanto al hombre, que nos mandó a su Unigénito para salvarnos.

Ha pasado mucho tiempo desde que pude sentir que las mariposas invadieran mi vientre o que el piso que me sostiene pareciera desvanecerse… Ha pasado algo de tiempo sin experimentar esas extrañas sensaciones de quien sube ingenuo a una montaña rusa… Ese fuego que quema, esa llama que enciende el coraje… He esperado pacientemente, he buscado incansablemente y no importa cuántas batallas haya perdido, siempre voy a apostar al amor; es una guerra que todos merecemos ganar.

Hablo por aquellos que callan, aquellos que sufren en el silencioso y traicionero callejón de su mente o en la tibieza de su cama… Insisto por aquellos que han librado mil combates y encontrado la gloria, o por quienes se han perdido en el camino… Actúo por aquellos que se adentraron en laberintos de pasiones efímeras y ya no saben salir... Lucho por quienes se sienten agotados, frustrados y confundidos por la espera, por quienes se han decepcionado, por los que han dejado de creer.

Amar es una decisión, pero también es un acto de fe (igual que la oración). El corazón no se limita cuando de amar se trata porque es un sentimiento perfecto que se encuentra aún en la obra más llana, en lo inevitable, en lo sublime… Te hace grande en la tormenta, te fortalece en la pena, te ilumina en la turbiedad y te sobrevive después de la vida porque es la manifestación de eternidad.

No hay nada que detenga el encuentro escrito, el destino sellado. No hay desesperación que no se aplaque, ni miedo que no se supere. Si te preguntas dónde está, quizás estés buscando en el lugar equivocado porque el origen de todo está en ti.  Nada da quien nada posee. Si lo tienes y lo has olvidado, cuidado porque con la misma fuerza con que se forja, se puede fundir. El amor es perfecto, nosotros apenas somos seres perfectamente imperfectos.

No hay mayor soledad que la de no saber caminar con ella porque para saber amar, hay que saber de soledad.  No pierdas el ritmo, no abandones la marcha.

Bien te digo: Si me escuchas – no me rindo… Si me buscas, estoy lista y aquí te espero.
GG

martes, 18 de noviembre de 2014

El ascensor

Tal cual como en un edificio cualquiera de una institución estatal, digo al subir en el elevador: “cuarto piso, por favor”…  Y me preguntaba mientras llegaba a mi destino, ¿cuál es el problema con llegar al cuarto piso, la cuarta década, los 40 años?  

En la vida pretendemos ascender en todo: riquezas, salario, bienes, familia, conocimiento, sabiduría, hasta aspiramos llegar al cielo (para los que somos católicos), todo – menos – la edad… Desde esta nueva perspectiva logro ratificar que la vida es una cuestión de actitud.  Me complace agradecer que no ha pasado un año, un día, un instante en este recorrido en el que no haya aprendido algo, algunas experiencias más complicadas que otras, pero ha valido la pena.  De no ser por las lágrimas no habría llegado a conocerme y de no haber sido por las risas jamás llegaría a ninguna parte… Disfruto hasta de las crisis existenciales, pero es tema para otro día, y me alegra saber que de “esas” me hago más fuerte.

Bailar bajo la lluvia, tomarme un shot de tequila y sal cuando llueven limones, agradecer que respiro, veo, escucho, camino y que tengo la potestad de abrazar en vez de ignorar, de decidir en vez de irritarme o amar en vez de resentir, lo valen todo.  La familia, los amigos, los detalles, los milagros, los momentos… hacen de los 40 una etapa mágica de plenitud, fortaleza mental y riqueza espiritual… Se comprende que la belleza de los seres humanos es que somos diferentes y de una u otra forma nos damos cuenta que se puede aceptar, incluso aquello que aspiramos cambiar.

Llega el ascensor y se abren las puertas a una nueva etapa que me abraza, que yo abrazo y arranca el idilio de 10 años de desafíos, pasión y bendición.  No estoy sola, porque estoy conmigo (y Dios como yo lo concibo, también lo está). Me agrada pensar que puedo girar el rostro hacia atrás, reír y decir: ¡Sí, llegué a los 40 y me encanta!

PD. Dedicado a todos los jovenzuelos de 40 y más.


GG

sábado, 14 de junio de 2014

Decálogo de una mujer alfa

No puedo dejar de reírme de este título puesto que el enfoque que le voy a dar, más masculino no puede ser. Mi frase favorita es “con el tiempo he aprendido”, pero como el tiempo transcurre sin detenerse, el aprendizaje es continúo.

Sin creerme experta en temas macho, masculino, alfa – primitivo, testosteronales (esta palabra la acabo de inventar y la RAE me va acribillar), etc., etc., etc., hay cosas que se caen de su peso y que es bueno que las féminas tengamos presente.

Hace unas cuantas semanas viví dos episodios que serían un preámbulo, una cucharadilla de lo que todas las mujeres en el mundo viviremos a partir del 12 de junio de 2014.  Estaba el asunto aquel de la final de la UEFA Champion League. A soga corta, recuerdo que un querido amigo veía un partido en el que la expresión de su rostro honestamente parecía la de perro con hambre… Su mirada, si a eso se le puede llamar mirada, era fija y cuando digo fija, ni siquiera parpadeaba. La boca a punto de baba y su rostro en general, mmm… Estaba ensimismado en una relación TV – juego – él. 

Días después, como cada jornada, me fui a la cafetería de la oficina a almorzar a eso de las 2 (cuando ya está vacía y puedo degustar mi comida con calma)… Cual fuera mi sorpresa de que esos 20mt2, estaban amotinados de homosapiens, primitivus, caverniculus (me doy por expulsada de la RAE). Ninguno se dio cuenta de mi presencia; me convertí en una especie espectro holográfico para observar en todos ellos -- sonrisa en cara-- el mismo pincel tipo Picasso dibujado en el rostro de amigo.  Todos embobados, concentrados como no es su costumbre y en posiciones tan homogéneas que de no ser por la aparente importancia de lo que captaba su atención, habría querido ponerles por delante un yogui o quizás algo más atrevido como un libro de kamazutra. Quienes no lograron puesto para las nalgas, deambulaban por el pasillo como no queriendo la cosa y asomaban la cabeza y recostaban el hombro junto al marco de la puerta. Otros más osados, disimularon ir a buscar café o agua, pero en general, muchos llegaron como abeja al panal.

Este decálogo que no es de diez, es para las mujeres.  Por la subsistencia de nuestra raza en los próximos 26 días que aún faltan, sobre todo aquellas que no saben ni pío de fútbol, que no les interesa aprender y que no tienen curiosidad femenina por ver piernas masculinas bien torneadas en los juegos:
  • No es solo un mes. Comprendan que el fútbol hace parte de su ADN. La diferencia es que este mes, cada cuatro años, su genética se afecta considerablemente, así que no luchen contra eso. Fluyan.
  • Tiempo. Cada partido dura en promedio unos 105 a 110 minutos. Dos tiempos de 45, un receso de 15 y la dichosa reposición que le pegue en gana al árbitro.  Si no te puedes sentar a ver el partido sin hacer preguntas tontas, busca otro oficio. Toma en cuenta que tu macho luego querrá otros minutos adicionales para escuchar los comentarios de “los expertos” (aunque su juicio no coincida con el de ellos).
  • Hay momentos y hay momentos. Si el día tiene 24 horas y él utiliza 1:45 para ese idilio deportivo, olvida invertir tiempo y esfuerzo en querer entablar una conversación ajena a lo que acontece en ese preciso instante. Si lo haces y se pierde un gol, no te lo perdonará. Nada de lo que digas o de lo que él responda por salir del paso, tendrá sentido.
  • No te expongas. ¿Por qué quieres ponerte el negligé comprado en diciembre y archivado en el ropero para captar su atención y pasearte frente a la televisión justo cuando está disfrutando del partido?  Esas viejas artimañas venusinas no funcionan cuando hay un Mundial de por medio… Y cuidado, no dejes la casa, a los niños o el arroz en la estufa a su cuidado mientras hay partido; eso puede terminar en caos.
  • ¿Enojarse? ¿¡Para qué!? Nada que explicar, no vas a ganar. Olvida el plan de víctima.


Finalmente, el asunto radica en ser una “estratega”… El día tiene más horas a las que puedes sacarle provecho si lo haces con inteligencia. Utiliza el fútbol a tu favor, nunca en contra. Prémialo con aquello que disfruta mientras ve el juego porque luego que este termine, gane o no su equipo, regresará a ti y ahí es donde tú… metes los goles.

GG

¿Basta con el amor?

Con el amor no todo está dicho y cuando se habla de ello, hay millones de perspectivas y significados que se le pueden dar… La realidad que nos rodea enseña (no sé si bien o mal), que en cuestiones de carácter afectivo - emocional, se necesita más que amor, porque por ahí dicen que el amor no se refleja en la paila, ni paga las cuentas.

Más allá del contexto racional y/ o económico, pienso que hay situaciones particulares en el que el amor, con la intención con que fue concebido, no solo basta, sino que también “pesa”.  Y no me refiero a peso como carga, sino al valor que cubre todos o muchos de los espacios que necesita nuestro corazón y por qué no, hasta el alma.

No voy a hablar de lo afortunada que soy por tener dos padres, pero un claro ejemplo del amor que vivo a diario, es el que recibo de ellos.  “Mi api lindo” como le digo, que más allá de vínculos de sangre o de apellido, está conmigo 24/7 y me “apoya” en toda la extensión de la palabra, sin que yo tenga que “dar algo” a cambio.  Mismo signo zodiacal intenso y hasta explosivo, mismas loqueras, aunque debo admitir que él es 10 veces más divertido que yo.  Por el otro lado, “mi papi” con el indiscutible lazo genético, que viene cargado de mañas idénticas, parecido físico irrefutable, uff un mismo carácter tenaz y ese no sé qué, que nunca logro explicar cada vez que me roba una sonrisa con un mensaje de texto que dice: Hija, primogénita, tu papá te ama mucho.

El amor en las manos y el corazón de un padre es risa que encanta, miradita que endulza, abrazo que conforta, palabras que alientan, consejo que no engaña, cariño exclusivo y seguridad a prueba de todo… Papá es como dicen todos: “el primer amor de una niña”, nuestro galán, pero también nuestro fan; el mejor cuenta cuentos y quien nos mima aún consciente de que a veces abusamos…

Con tantos amores que he experimentado, me conformo con el de papá “al cuadrado”; me basta y me sobra. Nada que envidiar, solo sentimientos y más sentimientos para agradecer. 

De papis hay calvitos, con pelos, flacos, gordillos, altos, bajos, fuera de moda, fashion in, de todos los colores, culturas y religiones; algunos payasos, otros gruñones, su buen par de estrictos y su cualquier liberal; al que le gusta los deportes y al que los odia… Papás serios y papás sentimentales, paganinis o tacaños, pero todos y cada uno papá.

Esté físicamente o no, que tu amor por él sea grande y agradecido porque aunque no sea perfecto, para bien o para mal, alguna enseñanza te ha de regalar.  Somos una extensión de su amor y en esa medida estamos llamados a ser mejores seres humanos. ¿Basta con el amor? Sí, basta.


¡Felicidades a todos los buenos padres en su día! Bendiciones.

miércoles, 5 de marzo de 2014

Materializando sueños

Las experiencias son para ser vividas y no para ser contadas. Podemos recrear en nuestras mentes ciertas historias y maravillarnos con ellas, pero solo hasta que se conquista ese anhelo, se comienza a llenar la memoria e incluso el alma.

De esas cosas que he requerido hacer antes de adentrarme al cuarto piso, estaba la idea de conocer alguna maravilla del mundo moderno. Muy cerca, en mi continente americano, me lancé a una GinaVentura llamada Perú. Un alto grado de intensidad me hizo ir a pesar de todo, con la plena convicción de que traería conmigo, más que recuerdos… No me equivoqué…

La primera parada: Lima. Una ciudad agitada que me hace pensar que es un mal de todas las metrópolis latinoamericanas con el indeseado tráfico. El encanto de su “Costa Verde”, me atrapó y me embriagó de placer, pues para una costeña nata, nada como estar cerca al mar. Ansias locas para tropezarme con el delicioso pisco sour, qué delicia, igual que su oferta culinaria.

La ganancia más importante durante esta corta estancia es sin duda la calidez de las personas, la sonrisa generosa y el trato amable… Me sacaban una sonrisa cada vez que me decían: “señorita”. Aunque el sol no se dejó ver en su máximo esplendor, no fue impedimento para conocer el Callao, Miraflores, San Isidro, Barranco y Chorrillos.  Una excursión maratónica para aprender un poco de folclore, cultura y darle rienda suelta al placer de camino a Villas (playa en La Encantada ubicada en Chorrillos). Imperdible la Plaza de Armas y la Catedral, en el centro de la ciudad.

La segunda parada: Cusco. La ciudad que esconde el real propósito de mi visita.  El mal de altura no es un mito.  Aunque nunca he tenido problemas de esta índole, lo peor que se puede hacer es subestimar al cuerpo, y como todos los organismos responden de forma diferente, es muy importante tomar en cuenta estas consideraciones siempre que se viaja. No se pasa de estar a nivel del mar a 3,700 metros sin una respuesta brusca al cambio.

Cusco tiene un no sé qué, que produce que uno vuelva atrás en el tiempo. Es una ciudad pintoresca que me sorprendió con su clima, ya que no fui preparada física, ni mentalmente para el frío, sino para la lluvia y hubo más de lo primero a pesar de estar en verano. Esas clásicas imágenes o ideas preconcebidas sobre Perú, las puede uno palpar en ese lindo lugar. Derroche de historia, mística y fascinación por la cultura inca. La Plaza de Armas, la Catedral así como el Convento de Santo Domingo, construido sobre el famoso Templo del Koricancha, y en las afueras de la ciudad apreciar los restos arqueológicos aledaños como Kenko, Puca Pucará, Tambomachay y la Fortaleza de Sacsayhuamán, son como dice cierto eslogan popular. “Priceless”. 

La tercera parada y el sueño: Machupicchu. No escribo con el afán de dar cátedras de historia y mucho menos hacer un artículo turístico. Es apenas la vivencia de una mortal que asumió el reto de cruzar hacia el sur y ver de primera mano el misterio que encierra este lugar del que muchos hablan.  Las fotos o los documentales no le hacen justicia a lo que uno puede percibir una vez está allí. La energía, el poder, ese afán humano de descubrir lo descubierto y adentrarse en un mundo del que no se tienen muchos registros, da cabida para dar rienda suelta a la imaginación.

Irónico suena que haya sido un gringo el que haya registrado la existencia de este lugar. Se le da el crédito aunque no haya sido el primero. Machupicchu, que en lengua quechua significa Montaña Vieja, es de hecho la montaña más alta de este santuario convertido en patrimonio de la humanidad. Sin embargo, el protagonismo de las fotos más populares se le adjudica a Waynapicchu (Montaña Joven), que se ve a un costado. La historia es como un rompecabezas que lleva a un sin número de teorías sobre la construcción y duración y desaparición del pueblo inca que vivió allí.   Lo cierto es que queda comprobada la destreza y conocimientos de esta cultura que no dejaba nada a la improvisación. Todo fue perfectamente construido y con el desarrollo apropiado para convivir con la naturaleza (cosa que no hacemos hoy en día).

Sabia es la madre tierra quien oculta celosamente la belleza que hay en sus entrañas. El camino bimodal, para aquellos que el tiempo no nos da para detenernos en el kilómetro 82 y hacer el recorrido a pie hasta el santuario (durante 4 días), es impresionante. Las montañas, el fondo de la cordillera de Los Andes y la compañía del río Urubamba a todo lo largo de la travesía, es para quedarse con la boca abierta. Nos cuenta nuestro guía Pancho (Francisco), que de hecho éste es uno de los dos ríos que dan origen al Amazonas.

Caminar por esos trechos de piedra, atentos a todas las explicaciones y detalles curiosos del guía, hace que uno quiera remontarse a esos cientos de años atrás para imaginar cómo habría sido la construcción y vida en este lugar. Muchos detalles que son preferibles experimentar de primera mano. El Palacio Real, las Tres Ventanas, la Plaza Sagrada, el Intihuatana, el Cóndor, el Torreón Circular todos construidos con perfección arquitectónica. No tengo dudas, de que Machupicchu fue además un santuario de conocimiento astronómico e intelectual. La magia y el misterio te envuelven una vez que llegas.

Cuando retorno de algún viaje, llego ansiosa por pisar suelo istmeño, convencida de que mientras más pata tiro, más aprecio las riquezas de Panamá. Haber convivido con tantas personas de diferentes partes del mundo, con múltiples anécdotas, me hace recordar lo corta que es la vida y lo mucho que podemos disfrutar y aprender. He quedado con la sensación de que como dice la campaña publicitaria para promover Panamá, me han faltado rutas por descubrir en Perú… Me pican los pies por hacer el Camino Inca, desde el kilómetro 82, subir hasta la cima de Waynapicchu, quizás conocer las playas al Norte, un poco más de Lima y sus Líneas de Nazca… Quizás, quizás, quizás…

A pesar de los percances, que los hubo y muchos, me quedo con lo mejor. En toda travesía aparece un angelito de la guardia que hace la diferencia; en esta ocasión tuve dos. El recordado y querido amigo de mi papá, mi nuevo tío Carlos y sin duda, una entrañable amistad que espero conservar por el resto de la vida: Elsa.  No podría dejar de mencionarles y agradecer desde el corazón cada detalle y cada momento. Igual a Hernán de City Travel, Rolando en Cusco, Rosa María y Francisco en Aguas Calientes.  A todas las personas que me facilitaron, así fuese a través de la distancia o con sus buenas vibras, y a todos los que me regalaron una sonrisa y compartieron minutos, horas y momentos cruciales durante el viaje. Y agradecimiento y respeto a una cultura milenaria y sabia que nos regala conocimiento perpetuo.

Panamá, siempre es bueno volver a ti. Perú, gracias por la experiencia.

28 de febrero al 5 de marzo de 2014.

GG