miércoles, 12 de diciembre de 2012

La cochina confianza

Vivimos en un sistema donde todo es para ayer, de ya para ya, la prisa nos carcome y el tiempo no alcanza y en donde el más vivo (supuestamente), siempre trata de tomar ventajas.

Cuentos nos han de sobrar porque con absoluta seguridad en más de una ocasión nos hemos sentido víctimas de esos peculiares personajes, que no por ser desconocidos, ya que la mayoría de las veces, hasta familia son, con artilugio y sin vergüenza hacen gala de “la cochina confianza”. Lo que para algunos rebasa el límite, para otros es de lo más normal, y es que estos frescos son especialistas en fingir demencia, al menos, para su conveniencia. Das el dedo, y te cogen la mano.

Alguna vez te viste en una situación así:
  • Paga la cuenta (almuerzo, cena, traguito) y te reembolso.  ¿Sigues esperando ese pago?
  • ¿Le prestaste dinero para un supuesto apuro y todavía estás a la espera del pago?  ¿Tuvo la delicadeza de excusarse o solo se hace el pendejo porque sabe que no le vas a cobrar?  ¿Es esa cuenta un “apúntalo en el hielo” y aun así se frecuentan, van a su casa, le ves en buen panameño del 1 al 10 y siempre muy “priti” (pretty), pero no te paga?
  • ¿Referiste a alguien para un préstamo informal y luego el prestamista te lo quiere cobrar a ti porque el susodicho no aparece?  ¿Serviste de fiador y el deudor se dio a la fuga, por lo que continúas pagando por un bien que nunca utilizaste?
  •  ¿Por ser bien educado, te ofreces a ayudarle en algo, pero luego, quiere ayuda regular 24/7?
  • Es final de quincena y… ¿quiere sacar azúcar, café o la leche de tu despensa? ¿muchas quincenas al año? ¡Ah y sin derecho a devolución!
  • ¿Te han pedido un libro prestado, que ya diste por perdido? ¿O te lo regresan roto y en malas condiciones?
  • ¿Te han pedido prendas de vestir o ropa interior prestada?  Peor, ¿la han utilizado sin tu conocimiento?
  • ¿Le ofreces posada un día y se quedó 5?
  • ¿Se convirtió tu casa en un depósito?  ¿Guárdame esto una semana, y resultaron ser 6 cajas y 6 meses?
  • ¿La pareja de tu mejor amigo(a) te hace un comentario de mal gusto sobre éste o te ha hecho alguna propuesta indecente o piropo más indecente todavía?
  • ¿Te viste en una situación difícil en la que te pidieron servir de alcahuete o mentir en perjuicio de otras personas?  ¿Te han dicho algo como: no me viste; si te preguntan, yo estaba contigo?
  • ¿Te tomaron días preparar una presentación, crear una solución, o planear algo, de lo que otro se anotó el crédito y lo hizo frente a ti?  ¿Diste la cara por el grupo, pero todos sacaron igual calificación o evaluación?
  • ¿Te han pedido prestado el carro, lo entregas limpio y con tanque lleno, y te lo devuelven sucio y sin gasolina?
  • ¿Te pidieron que por favor le cuidaras el hijo(a) por 2 horas y resultaron 6 o llegó al día siguiente porque la resaca fue tanta, que no lo pudo recoger y ni siquiera te llamó?
  • ¿Acabas de conocer a alguien que ya te tutea, te pasa la mano por la pierna, la cintura o quién sabe dónde, y se atreve a ponerte apodo, como si fueran amigos de toda la vida? ¿O te hacen un interrogatorio, tipo CSI?
  • ¿Te dejan esperar y esperar y luego aparecen felices como si nada pasó?
  • ¿Quedaste en evidencia por comentarios inapropiados o íntimos delante de otras personas que ni conoces?
  • ¿Revisaron tu celular, tu cartera, tu escritorio, tu computadora, con o sin ninguna razón racional?
  • ¿Te pidieron el favor de imprimir unas cositas urgentes, y resultaron ser 65 páginas que la dejaron sin tinta?
Es posible que ahora rían mientras recuerden esa anécdota o porque se sientan identificados con algunos de los ejemplos descritos, pero en el momento de lo acontecido, no creo que les haya causado gracia. Éstas, apenas son algunas de las que se pueden mencionar, porque hay otras situaciones tan bochornosas y descabelladas que sobrepasan lo inimaginable.

Para estos locos selectivos, hay que aplicar un poco de eso que su cerebro no logra procesar, y como se prefiera hacerlo, diplomática o sin pepitas en la lengua, ponerles un alto.  Las veces que me ha pasado, honestamente, he sentido pena ajena.  Me embarga la pesadumbre y se me turba el sentido común, ya que no logro racionar por qué hay gente que se aprovecha de la buena voluntad de los demás, o que carecen de principios tan fundamentales o de la mínima educación, pero como sé que lo que hagan, digan  o piensen, está fuera de mi control, se convierte en una cuestión de establecer reglas claras o dejarme conguear (que me tomen por tonta), y, para ser sincera, no me gusta estar en la segunda opción.

Si estás en el grupo de los atrevidos – abusivos – compulsivos, piensa en aquello que no te gustaría que te hicieran y no se lo hagas a los demás.  Si puedes reconocer que es un problema, pide ayuda y sino, llegará un día en que como todo, te encuentres con tu talón de Aquiles, y pasarás un gran mal rato.

Con el tiempo aprendemos que no somos reformatorios y por más que queremos a alguien, hay linderos infranqueables, malos hábitos y conductas extrañas, pues no podría decir “no cambiantes”, porque alguna vez me dijeron que solo Dios, las piedras y los estúpidos no cambian.  No exponerse ante ese familiar, amigo, compañero, colega, conocido o perfecto extraño, y si aún, dentro del trato respetuoso que se les ofrece, incurren en un comportamiento que nos expone, nos ofende o perjudica, con la cordura de la que ellos carecen, decir NO.

GG

martes, 11 de diciembre de 2012

Más allá de los lazos de sangre

¿Qué nos une tanto a otro ser, sin que haya una condición genética o el famoso llamado de la sangre?  Ciertamente todos pensaríamos que es el “amor”, pero podría ser algo un tanto más complejo.

Podemos observar o experimentar en carne propia, y el resultado es el mismo.  Padres no biológicos que darían la vida por esos hijos y viceversa.  Me lo han dicho reiteradas veces: no hay diferencia, entre el que engendras y el que llega a tu vida por otra vía.  No solo eso, sino que veo que en la práctica, en la mayoría de los casos, es tal cual. 

Esos religiosos(as), que ofrecen celibato al adquirir un compromiso Supremo, en una relación que nos puede parecer incomprensible, insana, anormal o poco retribuida respecto a las necesidades humanas básicas. Parecen ser menos los que dan el paso, y más los que cuestionan, pero por encima de esos prejuicios, se preserva a través de los siglos (qué bueno, pienso yo).  Igual acontece, cuando por otro lado, en corazón y mente decidimos voluntariamente unirnos al que consideramos nuestro complemento de vida y formamos una familia.

O, seguramente tenemos ese amigo(a) especial, al que queremos más que a nuestro hermano(a) o como un hermano(a), al que le confiaríamos la vida, y nos da un poco de vergüenza admitir, que es más de lo que haríamos por algún familiar. Si el Fuego Interior nos lleva por el camino correcto, siempre es un sentimiento de doble vía y más que mutuo.

Eres o no compatible, independientemente del género.  No hay azar, porque Dios no juega a los dados, dicen por ahí.  Si lo vemos objetivamente, cada cosa o persona es consecuente de otra. Algunas experiencias mejores, pero todas con un alto grado de aprendizaje.  No siempre las almas gemelas se refieren a relaciones de pareja, a historias de enamoramiento físico.

Hay muchas teorías, valoradas en destino, efectos químicos u hormonales, vida después de la vida, karma, vidas pasadas inconclusas, mil y otras cosas más. Por instantes lo cuestionamos, nos pasa por la mente, pero le dejamos correr para no enredarnos en explicaciones incoherentes que puedan terminar en locura y sencillamente nos enfocamos en existir.

No queriendo caer en ese juego, aunque me considero una gentil loca virtuosa, he de decir que me maravillo con esta realidad.  A diario entra y sale mucha gente de nuestras vidas, por fracción de segundos o esas que aunque ya no estén, dejan huellas indelebles.  Ese(a) que me tropezó en el ascensor y no volví a ver, o aquel que recuerdo con gran emoción a pesar del tiempo.  Quien me regaló una sonrisa sin conocerme y quien me la dio justo porque me conoce y es capaz de compartir mis alegrías, tanto como mis tristezas. Al final, siempre decidimos quien se mantiene en nuestras vidas, es una potestad que tenemos, pero que no conocemos. 

Hay gente maravillosa a la que he amado, amo y amaré, sin que lleven mi sangre, sin que importe el tiempo, sin que importe la distancia… Seres de luz y guerreros con voluntad, que me han regalado grandes lecciones y son parte invaluable de mi historia.  La familia no la define el ADN, si de tu familia le sientes, es porque tu familia es.  No sé si es algo que como dicen, debemos concluir en este plano, si es químico; pero tengo la certeza de que no hay coincidencias, para bien o para mal, todos llegan o se van por una razón y es bueno saber que más allá de los lazos de sangre, de verdad, el amor, sin mucha explicación, lo puede todo.

GG